Érase una melodía seria, gravísima. Lo era tanto que sólo la escuchaban los perros, por eso de que pueden oír ultrasonidos.
Érase otra vez una melodía divertida, agudísima. Y lo era también tanto que en las cenas hasta rompía las copas. Era como un niño llorón en un vuelo intercontinental.
Érase una vez más una melodía neutral, átona. Cómo no, lo era tanto que los oyentes se dormían. La ponían en las convenciones de durmientes, los tanatorios.
Érase que te reera una melodía temeraria, disonante. Tanto así, que cuando la gente hablaba en las reuniones pensaba que estaba mintiendo. Así era.. la melodía.
Érase por último una melodía amigable, armónica. Sí, lo era tanto. Los pájaros se posaban en los alféizares a hacer los coros. Y algún hombre también.
30.10.08
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Es genial!
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