20.7.10

Razones

"Como no me he preocupado de nacer, no me preocupo de morir."
Federico García Lorca

Las razones aritméticas son invariables, siempre que las necesitas las encuentras haciendo gala de constancia y coherencia intachables. Para un antecedente y un consecuente impuestos esta razón se mantendrá estoica con lo que ello conlleva.

Dado un problema numérico hablar de una solución es sólo cuestión de tiempo y de una voluntad progresista esclarecedora curiosa y resuelta. Incluso, una vez hallada la solución, la razón, en un alarde de valentía inherente a esa suerte progresista, se permite buscar el origen del problema mismo, con el afán de medirlo, analizarlo y solucionarlo, que no termina siendo otra cosa que ponerle nombre para dejar de temerlo.

Tengo mis razones para estar resuelto.

Josefina la fantástica


"Adiós mis amigos, yo me voy a la gloria"
Isadora Duncan

Contaba treinta y seis años y dos ojos, que usaba poco, tanto los unos como los otros. Dado su tamaño reducido pasaba fatigas con cada escalón de madera que separaba la tienda del paquistaní del cuarto piso, donde residía junto a Josefina la Fantástica. Practicamente ya nadie la llamaba así, excepto él, y el vecino de abajo, alimento diario de la Fantástica, antiguo amigo de Josefina y segundo factor decisivo para la exclusión del bloque en el barrio y del propio Marcos en sus relaciones con el género femenino.

Pasados los primeros diez días, el vecino del tercero dejó de deleitarse con el contoneo sensual que producía el andador contra los amarillentos baldosines del suelo del cuarto, pero sólo lo tomó como un desprecio. Pasados diez más empezó a sorprenderle que tampoco respondiera con su canto a su radio matutina ni recitara su frase en mitad de la noche. Pasados otros diez el paquistaní encontró que había hecho menos caja ese mes y lo atribuyó al calor de ese verano infernal.


Texto: CarlosJNavarro
Fotografía: CarlosJNavarro